viernes, 12 de agosto de 2011

Rising at sunset


 


La luz  rojiza escondiéndose por las esquinas y el olor de las velas y el incienso me hacen creer por momentos que aún me encuentro en mi antigua habitación de Sevilla a la que no podré nunca jamás volver. Aspiro el aire dulce impregnado de canela y se me antoja una ramita que saborear, pero deben haberse acabado porque no he encontrado ni rastro en el mueble de las especias de la cocina.

Como siempre, pasan unos minutos incontables en los que las palabras aún no escritas esperan pacientemente su existencia visible. Permanezco enzarzada en una vorágine caótica, narcotizada por esa amalgama de pensamientos e historias que se retuercen hasta derivarse con una rapidez sorprendente, para frenarse en el segundo en el que mi mirada tropieza con una de las llamas que zapatean con movimientos risueños trenzando figuras que se alzan y mueren en el mismo instante. La base sutil de violines y cuerdas pulsadas de guitarras bajo las melódicas y susurrantes voces de Kings of Convenience instigan mi propia deformación de la realidad, provocando que, por periodos inmedibles de tiempo, los minutos se congelen. Pero te necesito a ti para que esos minutos puedan llegar a vestirse con el sedoso y ligero traje de las largas horas. Te necesito a ti para lograr que ese traje ondee sometido a la impetuosa brisa del mar.

There are very many things that I would like to say to you but I lost my weight and I lost my words...

Mi corazón sonríe esta noche y casi es capaz de auscultar el rugido de esas olas descargando con pasión contra las rocas amontonadas. Recordando con todo detalle cada instante, cada inspiración y espiración, hasta llegar a aquellos momentos en los que la intensidad me llevaba a perder todo control posible, rechazaba los atisbos de una racionalidad seca y restante y me abandonaba a nuestra suerte, y esa respiración pausadamente latente y tutelada se tornaba una masa soberana de suspiros, abrazos fusionados y mordiscos despeinados y revueltos en un amasijo de besos y caricias ansiadas con impaciencia.

Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir…

Tengo la suerte de ser capaz aún de recordar con precisión y medida. Resistir hasta que el sueño me ordenaba dejar caer mis párpados macizos de plomo por ver cómo dormías, ausente de este mundo a pesar de la incidencia del sol del mediodía apenas atenuado por los cristales del coche, marcando tu presencia con una respiración remisa y profunda. Que de nuevo el tiempo, ajeno a nosotros pase de largo como si no conociese nuestra existencia, haciendo las despedidas eternas mientras nos absorbemos mutuamente en un círculo vicioso, en un bucle inacabable de miradas encadenadas. 

Hasta que, con un corazón dibujado con el dedo sobre el cristal, se corta la cadena y en mi mente resuenan frases sueltas de Vetusta anudadas a mí desde el día anterior.

Ya es hora de intercambiar su fuego por palabras, ya es hora de replegar las alas rumbo a casa…

Como despertar con un cubo de agua fría, la cara mojada y fría por las lágrimas que brotaban con vigor mientras distinguía por la ventanilla del avión un mar de nubes vacío, que tenía derecho a despreciar después de haber acariciado la suerte de contemplar el más bello atardecer de mi vida. Indiferente a la mirada comprometida y disimuladamente indecisa del hombre junto a la ventana, buscaba entre mis labios el último rastro de su sabor. No quería admirar ese mar de nubes, sin tonos anaranjados, sin línea amarilla, sin olor a naturaleza viva ni su frescor, sin risas, galletas, carretes ni complicidad.

¿Volver al punto de partida?

-Al menos hemos estado viendo la misma luna.
-Algo más que nos une.
-Sí…
-Me ha gustado comentar algo que estábamos viendo físicamente ambos.
-Parecía que estábamos más cerca.
-Las largas distancias también unen de alguna manera.
-Tampoco la distancia es tan importante como creemos.
-Pues no, aunque nos hagan creer que así es.

No, ahora puedo reconocerme en sus fotos y contemplarle en las mías. Ya no sueño con los momentos que nunca viví, me abstraigo imaginando los nuevos que viviré. Pero en base a aquellos que tengo la fortuna de poder recordar.

Aunque a veces me cueste creerlo, eres de verdad. Y te he encontrado.

Gold in the air of summer, you shine like gold in the air of summer…






2 comentarios:

  1. Anoche me conecté en el Facebook y pude ver que habías escrito,después de casi 2 meses, estaba cansada por lo que no lo leí, pero lo primero que he hecho hoy nada más encender el ordenador es leerloo..Y sin palabras me dejas al describir esos monmentos de esa manera..Sobretodo me encanta leer algo en lo que yo estuve "presente"...Te Quiero! Gracias por venir =)

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  2. Gracias a ti por ser tan fiel lectora, nunca faltas :D Y gracias sobre todo porque sin ti no hubiera escrito jamás esta entrada, no hubiera puesto esa foto, ni tendría los sentimientos para escribirla. Te debo mucho...
    Además, cómo no escribir después de los días que viví allí? Y no solo a lo que me refiero en la entrada, sino todos los momentos con vosotras, fueron realmente geniales... Yo también te quiero =)

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