viernes, 3 de junio de 2011

Above the clouds


While you're reading...

 


Aunque no me decida a permitirme una tregua en el estudio, de igual manera, con mi consentimiento o sin él, mi cabeza se alza rebelde sobre la cantidad desordenada de apuntes repetidamente subrayados y señalados. Sin permiso extiende sus alas y, alimentada por la necesidad de descansar, y en especial por el dulce a la que vez que amargo perfume de la soledad, planea sobre mí y sobre todos los trastos que hacen mi habitación más subjetiva y confortable.  Tras dar con energía los primeros aleteos comienza a ganar altura y, aprovechando la estrecha rendija de la ventana se cuela  velozmente y sin dudarlo, saludando al calor de junio que regresa silenciosamente. Consciente de que el tiempo apremia y los apuntes esperan impacientes, disfruta de esos vuelos perecederos de libertad zafándose de la prisión del deber,  de lo correcto, de lo posible, de lo real. Viaja en el espacio y en el tiempo a su antojo caprichoso. Y de nuevo sin mi propia aprobación, pliega sus alas y pone los pies en el suelo resbaladizo de la invención, en instantes que forman parte de la ficción más íntima. Aún así… ¿qué es real? Lo que se me permite ver, palpar, oler, sentir. En mi imaginación puedo recrearme en todo eso. Sin embargo,  en un solo segundo todo se desvanece… 

A pesar del largo viaje, desde esa distancia lejana e inalcanzable, percibe el compás grácil de un sobrecogedor artificio de The Cinematic Orchestra, Arrival of the Birds, con la misma intensidad que mis oídos. Avivada por la compañía de esas notas, espera inútilmente encontrar entre la corriente constante de miradas perdidas, el impacto de la claridad precisa y sincera de una de ellas, aquella que consiga enardecer la intensidad de su corazón y darle la espalda a los fríos barrotes del miedo. Corrompida  por las notas esperanzadas, inspira e hincha los pulmones con el aire polvoriento de esa realidad, dejando después permanecer restos de ese polvo del camino de aquí en adelante. Ese aire viciado de ilusión es un arma y un refugio, una perversión dañina y a su vez el apoyo más fuerte, el vigía más fiel velando siempre por aventar el temblor de nuestras rodillas. 

Contemplo la brillante e inmensa oscuridad del cielo y culpo a las insistentes luces de la ciudad por atemorizar el fulgor de las estrellas. El mismo cielo, la misma luna que se luce para todos. Y mi juicio osado e infantil abraza la intención de escuchar la respiración de personas y lugares  aún desconocidos con la idea de forjar presunciones de débil cordura con aquello que ocurre en parajes lejanos pero acogidos bajo el mismo manto de terciopelo negro, en este mismo momento.


 La lógica te llevará desde la A hasta la B. La imaginación te llevará a todas partes.  
                                                                                                                                Albert Einstein

Con la ambición de simular el frescor de la libertad, días atrás me mantenía suspensa en el agua limpia de la piscina, alcanzando a oír los gritos acolchados de niños jugando, absteniéndome de casi todo movimiento, sintiendo en cada poro de mi piel como la unión de frías gotas me ayudaba a existir sin rozar con el suelo un solo átomo de mi cuerpo. En ese momento recordé envidiosa el vuelo de los vencejos y cómo mis ojos de ocho años se pasaban tardes enteras atentos a cada mínimo aleteo, cada uno de los bailes presuntuosos en el cielo, anhelando con fervor ser uno más de ellos:

¿Ves qué vuelo tan hermoso? Ellos no vuelan como los gorriones, sus alas planean en el aire con total libertad, se alejan y pueden volver cuando lo deseen, jamás se dejan caer en picado…

Él me enseñó a codiciar el vuelo de los vencejos y a hacer pequeños y coloridos búhos con dos pompones de lana entremezclada y un par de ojitos de plástico. 

Él me enseñó a soñar. ¿Por qué no dejarnos llevar por ese viento que arrastra consigo el límite de piedra que divide lo posible de lo imposible? ¿Por qué no tenderle nuestra mano a la justicia y a la valentía necesaria para luchar por esos sueños, por qué no compartirlos? Aquellos que nos toman por locos e ingenuos son los mismos cuyo coraje se siente tan insignificantemente empequeñecido que no es capaz siquiera de intentar dar un mínimo paso hacia aquello que tanto anhelan.  ¿Por qué no fruncirle el ceño a la pereza, al conformismo y al hastío, a los que hacemos dueños de nuestro albedrío con cada exhalación? ¿Por qué no despertar de ese persuasivo letargo? ¿Por qué no cambiar? ¿Por qué no pretender el apoyo para hacer de esos sueños nuestra realidad? Para que no sea eclipsado en un parpadeo por voluntades ajenas…

 El coraje no siempre ruge. En ocasiones es la tranquila voz del final del día que dice: "lo intentaré de nuevo mañana".
                                                                                                     Mary Anne Radmacher

Cada día que vuelvo a casa antes de que el metro se oculte en la oscuridad del túnel subterráneo, este pasa velozmente junto a un muro en que mis ojos son capaces de leer con avidez: hola vida. A quien sea que escribiese algo tan sencillo supongo le gustaría saber que algo tan simple y tan cierto sella siempre una sonrisa. ¿Algo más? No, nada.

¿Por qué no darle la bienvenida a la vida?  




Hola…



5 comentarios:

  1. Solo digo esto: =) Me has hecho sonreír entre tanta cultura y tanto O.C. (mejor que nadie sepa de quién hablo porque vaya telita xDDDD) GTB, GPE, PF. Tan dulce como oír tu voz. Muy buena música :P

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  2. Si escribir esto te ha hecho sonreír, me doy por satisfecha :D ¿Qué mejor resultado puedo obtener? Mi niña...
    Sabía que te gustaría la música :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Es curioso que Albert Einstein dijera eso. Deja que le conteste otro genio y tendremos una conversación de genios del s. XX: "Odio la realidad, pero es en el único sitio donde se puede comer un buen filete."

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  5. Tenía que ser Woody Allen xDDD A quién no le gustaría que la realidad fuese tal cual imaginamos? Por eso hay momentos en los que nos refugiamos en nuestra propia realidad, pero como digo en mi entrada: al momento todo se desvanece... Por eso a partir de esas ideas tratamos de llevar a cabo las que sean posibles en la vida real. O al menos, se intenta :D

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